30 de julio de 2012

Revolución tranquila en RTVE

Nuestros mayores temores se han cumplido. Radio Televisión Española, histórico panfleto propagandístico del felipismo y posteriormente del aznarismo, encontró con el último gobierno socialista una vía de escape poco usual en nuestra corta tradición democrática: la independencia. Así lo han recogido varios premios, entre ellos el premio TV News Award al mejor informativo por su independencia y neutralidad (Superando a medios tan prestigiosos como la BBC británica o la TF1 francesa). También son muchos los periodistas que han reconocido públicamente la libertad editorial de la que gozaba RTVE en su última etapa.

Pero el nuevo gabinete de Mariano Rajoy no parece estar dispuesto a continuar con un modelo que tenga libertad de autocrítica y ya está dando los pasos necesarios para convertir RTVE en lo que el Partido Popular considera un medio público ejemplar (un medio afín que te saque las castañas del fuego y desinforme a la población)


Algunas fuentes coinciden en que varios dirigentes del Partido Popular apostaban por mantener el actual modelo de RTVE, mantener una televisión independiente, quizás con algún que otro cambio de periodistas, pero sin perder el prestigio ganado. Por desgracia para la ciudadanía el plan del sector duro del partido ha conseguido recabar más apoyos y es el que se está poniendo en marcha. Un plan radical, pero tranquilo, un cambio gradual en el que se evitara mover de la silla a los periodistas más reconocibles, pero ir apartando a los pesos pesados de detrás de la cámara. Un plan que no está saliendo del todo bien, ya que algunos periodistas, como Pepa Bueno, han decidido abandonar el barco antes de que se llene de ratas, con la repercusión mediática que ello supone.



El primer paso era fundamental para poder desarrollar tan ambicioso plan; modificar la ley. Zapatero aprobó en 2006 la ley de independencia de RTVE, según la cual sólo el consenso de los 2/3 de la Cámara de Diputados podía designar al presidente de RTVE, evitando así que un partido con mayoría absoluta pudiese controlar a su antojo el ente público. Esto suponía un gran escollo para el equipo de Mariano Rajoy, que no iba a conseguir el apoyo de 2/3 de la cámara con un plan tan poco imparcial. ¿La solución? Modificar la ley mediante decretazo. Con la excusa de la “paralización” de RTVE, Mariano Rajoy se carga la independencia de RTVE de un plumazo y vuelve al método antigua de elección mediante mayoría absoluta.

Desde este punto, guante blanco y a colocar afines, empezando por Leopoldo González-Echenique, flamante nuevo presidente de RTVE.

Tal y como decía Pepa Bueno, con Fran Llorente como director de informativos, TVE había pasado de ser la “tele del gobierno” a ser la “televisión de Estado”. Su labor se ha reconocido en diversos homenajes y premios. No parece compartir los mismos criterios el actual ejecutivo, ya que el sustituto de Fran Llorente es ni más ni menos que Julio Somoano, anterior director y presentador de los informativos de TeleMadrid.

¿Es Julio Somoano la persona indicada para dirigir unos informativos independientes en TVE? Si repasamos su labor como director de informativos en TeleMadrid la respuesta es bien clara; No. Los informativos de TeleMadrid son el claro ejemplo de manipulación de medios por parte de un gobierno. Sus propios trabajadores denuncian el acoso y el sectarismo al que se encuentran sometidos. Todo parece indicar que la intención es traspasar esa filosofía a la televisión estatal, donde Julio Somoano ya ha recibido su primer chaparrón; El rechazo por parte del 71% de la plantilla de informativos, en un referéndum no vinculante (por suerte para él).

Pero no acaba aquí la cosa, Julio Somoano también es conocido por redactar una tesis en la que defendía la manipulación informativa de los medios de comunicación y la inclusión de mensajes subliminales en los contenidos para conseguir una opinión mediática favorable al Partido que le ha dado poder, el Partido Popular. Así pues, ya sabemos por dónde van a ir los cambios.

TVE supone el mayor escaparate del ente público, pero los cambios no sólo afectan al ámbito de la televisión, en la radio del estado también se ha llevado acabo el barrido ideológico correspondiente, y sus primeras víctimas, que no las últimas, han sido Juan Ramón Lucas y Tony Garrido, personas que para el actual gobierno no son ideológicamente aceptables para conducir programas en los medios públicos.

¿Qué va a pasar con RTVE? ¿Le saldrá bien la jugada al PP? El tiempo dirá. Desde mi punto de vista el PP ha cometido un error gravísimo: ha obviado que la España de hoy en día no es la España de hace diez años. Los avances en las telecomunicaciones y las redes sociales han conseguido que cualquier persona pueda estar perfectamente informada en todo momento, con una gran variedad de fuentes. Esto le puede jugar una mala pasada y de hecho ya está sucediendo, cuando cada error, imposición o destitución en el ente público se convierte en el tema más comentado de las redes sociales.

Puede que el gobierno tome el control total de los medios públicos y coloque en él a todas las figuras que le sean afines, pero difícilmente se va a ganar la credibilidad de una población que ya está más avisada de las sucias intenciones de este nuevo modelo. Las audiencias dan buena muestra de ello; Televisión Española, que durante años ha sido líder de audiencia, se ha desplomado a niveles casi ridículos estos últimos meses con el cambio de rumbo. Es un hecho triste que la televisión de todos los españoles, que ha gozado de tanto prestigio y popularidad, ahora sea simplemente el chascarrillo nacional.

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